Hoy empecé…

mi día maravillosamente bien, nos toco ir con mi esposa a traer notas de Valeria.

Imaginense, mi Pequeña Maravilla apenas va a cumplir 3 añitos y ya nos dan notas, creo que es algo común y corriente en estos tiempos pero para mi sigue siendo sorprendentemente maravilloso.

Estoy que no quepo en mi, estoy tan orgulloso de lo que junto a mi esposa hemos hecho con Valeria, es una niña que proyecta amor, felicidad, cariño, sin miedos, colaboradora, en fin… como le decía a Flor luego de la reunión con la maestra, a veces hasta desconfío de todo lo que nos dijeron, es ese feo sentimiento de no confiar en que las cosas pueden estar bien.

Lo pienso porque no ha sido fácil, tanto Flor como yo dedicamos gran parte de nuestro tiempo a trabajar, nos matamos para que a Valeria no le falte nada y a veces nosotros mismos hemos sido los que le faltamos… o al menos eso pensabamos.

Hoy más que nunca creo y entiendo ese famoso libro del que tanto me habla mi esposa, el que siempre digo que voy a leer pero nunca leo, Los 5 lenguajes del amor y toma sentido el famoso «Tiempo de Calidad«.

Durante el mes de diciembre la vida me dio un jalón de orejas, gracias a Dios nada grave pero si bastante impactante. Tuve que parar y bajarme del tren y quedarme en casa por un buen tiempo, tan buen tiempo que recupere todo lo que había perdido con Valeria desde marzo del 2013 cuando nos habíamos desconectado.

Hoy recibiendo las notas de Valeria (para mi sigue siendo impactante) la maestra nos conto todo lo que la pulguita de 2 años 10 meses hace en clase, como se comporta con sus compañeros, como colabora, pide su espacio, se defiende y va haciendo el camino en lo que espero sea una larga, feliz y divertida vida.

Mi conclusión fue, no estamos tan mal, seremos inexpertos, seguiremos siendo inexpertos, pero toda esa falta de experiencia en el tema de ser papás se compensa con el amor, el compromiso y el respeto que nos tenemos.

Gracias Flor por hacerme un mejor papá.

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